miércoles, 21 de noviembre de 2012

Víctima


Las víctimas suelen ser los blancos más fáciles para el agresor. Son muchas y variadas las razones que pueden llevar a un niño o adolescente a arremeter contra otro, pero un denominador común es que la victima presenta una o varias diferencias con el agresor que este entiende que lo hacen vulnerable e inferior a él, y es esa situación ventajosa la que permite al matón desarrollar sus maldades a su libre albedrio.
Los escolares que presentan una discapacidad física y psíquica, una apariencia física concreta que llaman la atención (obesos, de baja estatura, etc.), que son de otra raza, de distinta ideología política, que sufren dificultades para desarrollar sus capacidades motrices o intelectuales o, simplemente, que estén aislados del grupo  de influencia del agresor, suelen los colectivos mas vulnerables.
Según expertos existen dos tipos de víctimas de bullying, estos son: las víctimas pasivas y provocativas.
Las víctimas pasivas presentan una problemática interiorizada, es decir, guarda su malestar replegándose sobre sí mismo y experimentando ansiedad. En lugar de actuar, llorar, se paraliza y aísla.
Son ansiosos, sensitivos, solitarios, carecen de autodefensa, no piensan rápidamente, y tienen pocos amigos que les den apoyo.
Provocativos: rápidos de respuestas, impulsivos, molestan a los niños que atacan a los bullies, reciben los ataques, no se defienden ellos mismos.

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